Entre los primeros síntomas del envejecimiento se encuentra la aparición de las arrugas que aparecen alrededor de los ojos. Por ello, hoy veremos el tratamiento de botox para patas de gallo antes y después.
¿Qué conseguimos con el Botox para patas de gallo?
Al igual que ocurre al aplicar botox en el entrecejo, las patas de gallo se forman como consecuencia de ser una zona donde existe mucho movimiento debido a la gesticulación, originándose arrugas de expresión; pero en caso de pieles maduras, los músculos se contracturan y no tienen capacidad de volver a relajarse. Aunque también hay otros factores que pueden llevar a la aparición temprana de las patas de gallo como es la falta de hidratación o agentes externos como los rayos solares.
A través de inyecciones de botox en esta zona conseguimos relajar el músculo orbicular, el músculo cuyo exceso de contracción causa las patas de gallo. De esta forma, al suavizar la contracción, reducimos el efecto de arrastre del músculo sobre la piel y, por tanto, conseguimos eliminar esas líneas alrededor de los ojos.
Y en caso de pieles más jóvenes, es posible aplicar un tratamiento preventivo, “baby botox”, que consiste en microinyecciones con menos dosis y que evita la aparición de nuevas arrugas y líneas de expresión, teniendo un efecto preventivo sobre el exceso de contracción muscular y la aparición de arrugas
Al igual que en todos nuestros tratamientos, es importante contar con una consulta previa. De esta forma analizamos las necesidades de cada paciente, asesoramos y acotamos la zona a tratar así como la dosis de toxina botulínica que es necesario inyectar para obtener un resultado natural.
Es un tratamiento ambulatorio que no necesita anestesia y tras el cual puedes volver a tus rutinas diarias sin ningún problema.
Por lo general, verás los resultados a los 5 días tras su aplicación, con un efecto completo en 1-2 semanas.
Además, Este tratamiento puedes combinarlo también con relleno de ácido hialurónico y con Skinbooster para conseguir una mirada perfecta.
Depende de las características de cada paciente, pero su duración puede oscilar entre 4 y 6 meses, aunque es recomendable una sesión de refuerzo a los 4 meses.
Al igual que con la mayoría de los procedimientos médico-estéticos, el riesgo no es común si acudes a un médico especializado.
En nuestra Clínica de Medicina Estética en Madrid, contamos con una amplia experiencia tanto en la aplicación de botox en las patas de gallo como en otros tratamientos médico-estéticos faciales que buscan el rejuvenecimiento de forma natural y equilibrada.
