Cuando el consumo de agua compensa la cantidad perdida, el agua del cuerpo está en equilibrio. Para mantener este equilibrio, las personas sanas con un funcionamiento normal de los riñones y que no transpiren excesivamente deben beber al menos un litro de agua al día.
Sin embargo, se recomienda a los adultos sanos beber de 1,5l/día y en verano subir a 2 litros al día para protegerse de la deshidratación y del desarrollo de cálculos renales.
Cuando el cerebro y los riñones funcionan adecuadamente, el organismo puede afrontar cambios extremos en el consumo del agua.
Habitualmente se bebe lo suficiente como para compensar un exceso de pérdida de agua y, de ese modo, mantener el volumen sanguíneo y la concentración de las sales minerales disueltas (electrólitos) en la sangre. Sin embargo, una persona puede deshidratarse si no bebe la cantidad de agua suficiente para compensar la pérdida excesiva, como sucede en caso de vómitos prolongados, diarrea intensa o sudoración excesiva por las altas temperaturas de verano.
La cantidad de agua presente en el organismo está estrechamente ligada a la cantidad de electrólitos. La concentración (nivel) de sodio en la sangre es un buen indicador de la cantidad de agua existente en el organismo. El cuerpo trabaja para mantener el nivel de agua total y, por lo tanto, para que el valor de sodio en la sangre sea constante. Cuando éste es demasiado elevado, el cuerpo retiene agua para diluir el exceso de sodio. Se siente sed y se produce menos orina.
Cuando la concentración de sodio desciende demasiado, los riñones excretan más agua para restaurar el equilibrio de dicha concentración.
Deshidratación
La deshidratación es una deficiencia de agua en el organismo.
La deshidratación se produce cuando la eliminación de agua del cuerpo es mayor que el volumen ingerido.
La deficiencia de agua, por lo general, provoca un aumento de la concentración de sodio en la sangre.
Los vómitos, la diarrea, el uso de diuréticos (fármacos que provocan la excreción de excesivas cantidades de sal y de agua por los riñones), el exceso de calor en verano, la fiebre y una disminución del consumo de agua pueden conducir a la deshidratación.
Ciertas enfermedades, como la diabetes mellitus, la diabetes insípida y la enfermedad de Addison, pueden ocasionar deshidratación debido a las excesivas pérdidas de agua con que cursan.
El primer aviso del cuerpo para compensar la deshidratación es estimular los centros de la sed del cerebro, haciendo que se beba más líquido.
Por lo que NO hay que esperar a tener sed para empezar a beber, porque ya estaremos empezando a deshidratarnos, hay que tener una ingesta constante de líquido y aumentar el consumo de agua si tenemos calor, diarreas, vomitos o mientras hacemos ejercicio
Si el consumo no alcanza a compensar el agua que se pierde, la deshidratación se agrava. La sudoración disminuye y se produce menor cantidad de orina. El agua se desplaza desde el vasto depósito interno de las células hacia la sangre, apareciendo una piel seca, sin vida y apregaminada.
Si la deshidratación no mejora, los tejidos corporales comienzan a secarse y aparece en la piel el signo de «la tienda de campaña» en el que se pinza la piel, despegándola de los tejidos subyacentes y volviendo muy lentamente a su estado original.
Por último, las células empiezan a plegarse y a funcionar inadecuadamente. Las células del cerebro están entre las más propensas a la deshidratación, de modo que una de las principales señales de gravedad es la confusión mental, que puede evolucionar hacia el coma.
Las causas más frecuentes de deshidratación, como la sudoración excesiva, los vómitos y la diarrea, provocan una pérdida de electrólitos, especialmente sodio y potasio, además de agua. De ahí que la deshidratación se acompañe a menudo de una deficiencia de electrólitos. En ese caso, el agua no se desplaza con facilidad desde el gran depósito interno de las células hacia la sangre. Por ello, el volumen de agua circulante en la sangre es todavía menor. Puede producirse una caída de la presión arterial, provocando ligeros mareos o sensación de una pérdida inminente de consciencia, especialmente al ponerse de pie (hipotensión ortostática).
Si la pérdida de agua y electrólitos continúa, la presión arterial puede descender peligrosamente y provocar un estado de shock con graves lesiones a muchos órganos internos, como los riñones, el hígado y el cerebro.
Tratamiento de la deshidratación
En caso de deshidratación leve, beber agua natural puede ser suficiente. Sin embargo, cuando se ha producido una pérdida de agua y electrólitos, se debe también reponer la sal (en especial el sodio y el potasio). Se han formulado algunas bebidas isotónicas para reponer las sales (electrólitos) perdidas durante el ejercicio intenso. Dichas bebidas se pueden utilizar para prevenir o curar la deshidratación leve. Beber una gran cantidad de líquidos y consumir una pequeña cantidad de sal adicional durante o después del ejercicio es también un método eficaz.
Las personas con problemas cardíacos o renales deben consultar con su médico la forma más segura de reponer el líquido antes de empezar la práctica de cualquier ejercicio.
Si la caída de la presión arterial es importante y hay amenaza de shock se requiere el traslado a centros hospitalarios ya que el consumo de agua o bebidas isotónicas no son suficientes y debe administrarse por vía intravenosa soluciones que contienen cloruro de sodio.
Siempre se debe tratar la causa de base de la deshidratación. Por ejemplo, en caso de diarrea, puede ser necesario tomar fármacos para tratarla o detenerla, además de reponer líquidos.
Una vez que se ha solucionado la causa, los individuos en fase de recuperación son controlados para asegurarse de que el consumo oral de líquidos es de nuevo el adecuado para mantener la hidratación.
Preguntas frecuentes sobre consumo de agua
Si se toma agua embotellada, ¿hay que variar de marca por el tipo de sales que contienen?
No es necesario variar de agua embotellada, es más el organismo se equilibra para un tipo de agua y lo que sí notamos es cuando cambiamos de agua, pequeñas alteraciones transitorias en el periodo de adaptación.
Lo que si es verdad, es que si tienes patología renal (calculos, etc) lo que conviene es beber agua con poco contenido en cal y si eres Hipertenso, con bajo contenido en sodio.
¿Qué papel juega el agua en el control del peso?
El agua arrastra toxinas, es un buen depurativa y sobre todo que mientras bebes agua no picas y si es infusiones o bebidas light más saciedad.
¿Qué cantidad de agua es la mínima, cual la recomendable y cuál la máxima desde un punto de vista saludable?
La cantidad de agua mínima es de 1l al día, lo recomendable unos 2 l/día y lo máximo 7,5 l al día,.
¿Qué consecuencias para la salud puede tener beber más de esos ocho litros al día?
Se entraría en Hiperhidratación. (Acúmulo de agua en abdomen, piernas y tejidos)
No obstante beber cantidades de agua exageradas, de manera puntual, generalmente no causa hiperhidratación, siempre que la hipófisis, los riñones y el corazón estén funcionando normalmente; un adulto tendría que beber más de 7,5 litros de agua al día, de manera habitual, para exceder la capacidad de excreción del organismo.
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