Cuando llega el frío, la piel se resiente y necesita unos cuidado específicos para esta época del año.
Así como no vamos vestidos igual en invierno que en verano, la piel necesita unas cremas y cuidados distintos según la temperatura ambiental, de ahí el dicho popular de «Hay que cambiar de crema por que la piel se acostumbra», realmente no es así si no que las necesidades de la piel cambia y la crema que estamos aplicando deja de ser eficaz para equilibrar la piel, por ello hoy vamos a ver el cuidado de la piel cuando empiezan a bajar las temperaturas resumido en diez puntos básicos y muy fácil de seguir.
Con el frío la piel pierde nutrición y por tanto elasticidad lo que es responsable de la sensación de «tirantez» al gesticular, el que se marquen más las líneas de expresión, la sensación de piel «quemada» por el frío, hecho que es más evidente si vamos a esquiar ( lo tostado no es sólo por el sol si no también el efecto del frío) o a realizar deportes al aire libre.
La crema durante el día va a contrarrestar el efecto medioambiental sobre nuestra piel, por lo que hay que aplicarla a diario, especialmente si vamos a estar al aire libre.
Debe tener una nutrición adecuada para «frenar» el efecto del frío sobre la piel, cuanto más baja es la temperatura y mayor nuestra edad (ya que tenemos menos capacidad de recuperación) la nutrición de nuestra crema de día deberá ser mayor, especialmente en la que usamos en el contorno de ojos y de labios.
Creemos que porque hace frío y el sol calienta menos no tenemos que protegernos de los rayos solares pero el efecto de los rayos ultravioleta sobre la piel continúa así como la producción o progresión de las manchas cutáneas, el fotoenvejecimiento, etc.
Lo que si es cierto es que no vamos a necesitar repetirlo hasta horas tan tardías como en verano ya que a las 6 de la tarde ya se ha puesto el sol pero sí con la misma frecuencia (cada 2-3 h)
El índice de protección solar deberá ser mayor si estamos en zonas de alta montaña, nieve (por el efecto aumentado del sol al reflejarse en la nieve) o zona de agua como pantanos, ríos, etc por la misma razón que en la nieve.
Durante el día, aunque no lo notemos, hemos ido acumulando suciedad en la piel (polución, sudor, células muertas, etc.) sin contar el maquillaje, por lo que deberemos limpiar la piel a terminar el día.
Huir de jabones (por agresivos) y de toallitas desmaquillantes (por no limpiar en profundidad) lo mejor, si queremos una limpieza rápida,es recurrir al agua Micelar.
Cada tipo de piel requerirá una limpieza más o menos profunda y será tu médico estético el que te paute lo más adecuado para tu tipo de piel.
Una vez limpia la piel no hay que olvidarse nunca de aplicar una crema cuya acción es la de recuperar la piel de la agresión medioambiental cómo el frío, celefacciones fuertes o la polución.
La crema deberá ser adecuada a nuestro tipo de piel, pero siempre recordando que la nutrición y por tanto la elasticidad de la piel está muy comprometida con las bajas temperaturas.
La zona de alrededor de los ojos y los labios es una piel especialmente delicada que se afecta con una mayor facilidad con el frío, la polución o el maquillaje por lo que es muy importante limpiar la zona de forma suave y aplicar una crema específica para esta zona que aporte la tan ansiada nutrición en esta época del año que devuelva la elasticidad y minimice las arrugas de expresión.
Es el momento de recuperar la piel de las agresiones del verano ( mucha incidencia solar, muchas horas de luz y mucho más tiempo del habitual al aire libre).
Las manchas solares, los poros abiertos, la marcas de acné se pueden tratar con un peeling facial específico, sólo o combinado con plasma rico en plaquetas, para más información pinche aquí
La pecas o manchas solares más definidas se pueden tratar con láser de eliminación de manchas, para más información pinche aquí
Nuestro médico estético de Centro Médico Rusiñol, valorará tu piel y te dirá cual es el tratamiento más apropiado para ti.
En general es el momento de tratar todas la imperfecciones de la piel, pero la Couperosis o Rosácea o pequeñas venitas que se visualizan bajo la piel del rostro es, además de las manchas, es la otra patología cuyo momento idóneo de tratar es cuando tenemos pocas horas de luz solar.
Para más información pinche aquí.
Para completar el cuidado de la piel no hay que olvidar que en los meses fríos no tomamos tantas frutas y verduras crudas por lo que disminuye nuestro aporte diario de vitaminas y antioxidantes, precisamente cuando las necesidades son mayores (catarros, resfriados, estrés, etc.) por lo que es aconsejable suplementar nuestra dieta con un complejo vitamínico que supla esas carencias, nuestra piel lo agradecerá.
Y por último recordar el beber esos 2 litros de agua al día ya que aunque estemos con frío y no sudemos de forma evidente, las necesidades de agua de nuestro cuerpo se mantiene, sobre todo con las calefaciones altas que resecan piel y mucosas. Las infusiones (de todo tipo) son una buena alternativa al agua sola.
Con este decálogo mejoraremos el cuidado de la piel para no sólo evitar los efectos perniciosos del frío si no que además conseguiremos una piel más homogénea y luminosa.
