Un peeling corporal se realiza para mejorar la apariencia de la piel. Se utiliza con mucha frecuencia para eliminar las células anucleadas (comúnmente conocidas como células muertas) y favorecer la renovación celular.
Es un tratamiento corporal en el cual se aplica una sustancia química con el fin de exfoliar las capas superficiales de la piel, logrando una piel renovada más suave y tersa.
Aunque es un tratamiento conocido con el nombre de peeling químico, las sustancias utilizadas se encuentran disponibles de forma natural en las plantas y alimentos. Estas sustancias tienen un efecto positivo sobre la piel, estimulando la producción de colágeno y elastina, componentes del organismo que dan firmeza y elasticidad a la piel.
Se trata de un tratamiento sencillo no invasivo indicado para renovar y homogeneizar el aspecto de la piel, que puedes utilizar para:
Así mismo, existen diversos tipos de peeling corporales que varían según el grado de exfoliación y la sustancia aplicada, los cuales dependen en gran parte de las características físicas de cada paciente, así como la afección a tratar.
Los resultados varían según el tipo de tratamiento, por lo general la descamación de la piel ocurre al tercer y cuarto día de su aplicación, mostrando una piel renovada mucho más luminosa, tersa, suave y saludable.
Después del peeling corporal, la piel se vuelve temporalmente más sensible al sol siendo indispensable la aplicación de protectores solares. Igualmente, es importante el uso de cremas que ayuden a regenerar la piel.
Con el peeling corporal obtendrás los siguientes beneficios:
Un peeling corporal es un procedimiento que mejora la textura y el tono de la piel, el cual actúa renovando la capa superior de la piel, exponiendo una capa interior más joven y saludable, el mismo es un proceso completamente seguro y natural, además una piel seca y opaca no es saludable, la misma no permite una acción eficiente ante la aplicación de cremas y cuidados de la piel, acelerando el proceso de envejecimiento.
Para elegir el peeling adecuado hay que tener en cuenta el tipo y color de la piel, la sensibilidad e incluso la actividad del paciente para adaptarlo a su ritmo de vida habitual, evitando descamaciones excesivas o que no sea compatible con su actividad diaria.
Por ello se realiza una valoración previa de la piel y en función de su estado y del factor principal a corregir (manchas, marcas de acné, poros abiertos) se escoge el tipo de producto que se va a aplicar para conseguir los mejores resultados.
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