El Bótox y el Ácido Hialurónico a pesar de ser tratamientos con muchos años en los centros estéticos no pierden su popularidad. Más cuando son capaces de devolver la suavidad, elasticidad y brillo a la piel sin cirugías.
La principal preocupación ante el envejecimiento es el rostro, y el miedo ante los tratamientos invasivos es persistente ante la posibilidad de perder naturalidad. Sin embargo, a través de estos tratamientos dermoestéticos, lo que conseguimos es todo lo contrario, naturalidad y armonía en nuestro rostro. Siempre y cuando se lleve a cabo por un experto en el campo de la estética.
El ácido hialurónico es una molécula que se encuentra en nuestra piel, articulaciones y otros lugares del cuerpo, es un glicosaminoglicano (un azúcar polisacárido) que se encarga de hidratar nuestra piel, reteniendo hasta 300 veces su propio peso en agua. Esto genera que retenga agua debajo de la piel (dermis) para, además de hidratar, tensarla y aportar brillo y elasticidad.
Sin embargo, a partir de los 25 años, disminuye el ácido hialurónico que se encuentra en nuestra piel de forma que se produce una deshidratación. De esta forma, a través la aplicación de Ácido Hialurónico conseguimos hidratar la piel y rellenar las arrugas y los surcos.
En cambio, el Bótox no un elemento de nuestra piel, es el nombre comercial de la toxina botulínica tipo A, una proteína producida por la bacteria Clostridium botulinum. Esta toxina tiene como efecto el bloqueo de las señales nerviosas al inhibir la acetilcolina.
Tiene una acción local sobre el músculo que se inyecta disminuyendo su capacidad de contracción, relajándolo y haciendo desaparecer las arrugas producidas por el aumento de la contracción muscular como consecuencia del envejecimiento.
Por su efecto hidratante, el ácido hialurónico permite rellenar sin elementos sintéticos por lo que se utiliza para disminuir la pérdida de volumen y las arrugas estáticas. En cambio, la toxina botulínica tipo A, por tener un efecto relajante, es utilizado para relajar los músculos del rostro y evitar que sus arrugas se marquen. Por ello se utiliza para arrugas dinámicas.
El ácido hialurónico se utiliza para las arrugas de la parte inferior del rostro, ya que son las arrugas que no se originan de la contracción de los músculos faciales. Esto incluye surco nasogeniano y las líneas de marioneta, así como el rellano o aumento de pómulos, perfilado de labios, para disimular cicatrices y hasta mejorar el aspecto de manos, cuello y escote.
El Bótox, con diferente función al ácido hialurónico, se utiliza en aquellos lugares en los que se forman arrugas por la contracción generada por expresiones, es decir donde la piel se pliega: entrecejo, frente y las odiadas patas de gallo.
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