El origen de la toxina botulínica se remonta a hace casi 40 años, y hoy en día es uno de los tratamientos médico estéticos más recomendados y utilizados en el mundo para eliminar arrugas y líneas de expresión.
En Centro Médico Rusiñol, clínica de medicina estética en Madrid, queremos contarte cómo se descubrió la toxina botulínica, sus características y por qué la utilizamos en medicina estética.
La toxina botulínica fue descubierta por el médico y científico belga Emile Van Ermengem en 1897. Van Ermengem estaba investigando un brote de intoxicación alimentaria que ocurrió en una feria en la ciudad belga de Ellezelles, donde varias personas enfermaron después de comer salchichas enlatadas.
Van Ermengem aisló la bacteria responsable de la intoxicación, que más tarde se identificó como Clostridium botulinum. Él también descubrió que la toxina producida por la bacteria era responsable de los síntomas de la intoxicación.
A través de su investigación, Van Ermengem demostró que la toxina botulínica es una de las toxinas más poderosas conocidas por el hombre. Sin embargo, también descubrió que la toxina tenía propiedades terapéuticas útiles, como el potencial de tratar ciertos trastornos neurológicos y musculares.
Décadas más tarde, en 1970, el dermatólogo estadounidense Dr. Alan Scott a finales de la década y principios de 1980, realizó un estudio en el que inyectó bótox en las arrugas de la frente de un paciente y descubrió que la toxina también disminuía las arrugas.
A partir de entonces, otros médicos comenzaron a utilizar el bótox para fines estéticos y en 2002, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó el uso de la toxina botulínica tipo A para el tratamiento de arrugas faciales moderadas a severas en adultos. En España fue aprobada por el Ministerio de Sanidad en 2004. Desde entonces, el bótox se ha convertido en uno de los tratamientos médico estéticos no quirúrgicos más populares en todo el mundo.
La toxina botulínica hay que distinguir entre la Toxina Botulínica terapéutica con fabricación farmacológica estrictamente regulada y de venta controlada para médicos estéticos y la toxina botulínica de alteración alimentaria que se produce en conservas en mal estado y son fuente de intoxicación alimentaria.
Como hemos dicho anteriormente, la toxina botulínica, o más conocida como bótox es una neurotoxina sintetizada por una bacteria denominada Clostridium botulinum, que disminuye la contracción de los músculos. Los médicos estéticos, especialmente entrenados y capacitados para su empleo la usan para corregir las arrugas de las 3 zonas principales del área superior del rostro, frente, entrecejo y patas de gallo, aunque también se usan en otras áreas de la medicina para tratar migrañas, bruxismo, corregir la sonrisa gingival e incluso para evitar la sudoración excesiva.
La Toxina Botulínica actúa de forma local sobre el músculo donde se inyecta, disminuyendo su capacidad de contracción y por tanto, relajándolo y haciendo desaparecer aquellas arrugas que se producen por el aumento de la contracción muscular con motivo del envejecimiento.
Es uno de los productos más utilizados en medicina y en estética, ya que en bajas dosis y aplicado por un profesional médico entrenado en su aplicación no es peligroso y se obtienen unos resultados muy satisfactorios.
Se trata de un tratamiento temporal que dependiendo de las características del paciente dura entre 4-6 meses.Si estás interesado en tratar tus arrugas con bótox, te invitamos a pedir cita llamando al 676 043 524, contamos con el Programa CMR Full Face, armonización facial, para tratar de forma integral todos los signos del envejecimiento facial de forma personalizada.
